Todo indica que la euforia luego de la victoria frente a la derogatoria en el Congreso de los decretos legislativos 1015 y 1073 envanecieron al presidente de la Aidesep, interlocutor de los nativos que se opusieron a su vigencia, Alberto Pizango, al extremo de hacerle perder la perspectiva.
En su opinión, los pueblos indígenas tienen que dialogar con el dueño del circo y no con los payasos, en clara referencia a la participación del ministro del Ambiente, Antonio Brack, como interlocutor válido del gobierno.
Sin embargo, luego quiso matizar su desliz aclarando que nunca fue su intención calificar de esa manera al ministro.
Según la congresista aprista Nidia Vílchez, los comentarios de Pizango revelan su soberbia y su falta de respeto hacia un ministro de Estado, lo que demostraría que la protesta de las comunidades nativas ha sido aprovechada para fines políticos.
Correo, 24/08/2008
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