El presidente de la Confederación Nacional Agraria (CNA), Antolín Huáscar, señaló ayer que si no se deroga el Decreto Legislativo 1090, más conocido como “Ley Forestal y de Fauna Silvestre”, los nativos y campesinos de la selva radicalizarán sus medidas de fuerza, al extremo que “Lima sufrirá el racionamiento de los alimentos que llegan hasta a la capital provenientes del campo”.
Explicó que el mencionado dispositivo permite a las empresas privadas tomar en concesión las tierras de la Amazonía hasta por 40 años renovables. “Es una ley dada entre gallos y medianoche que establece los mismos alcances de la Ley de la Selva con ligeros cambios para disfrazarla”.
“El gobierno nos ha engañado y exigimos la derogatoria del decreto”, subrayó en declaraciones a LA PRIMERA. Un detenido análisis de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (ya aprobada); así como de la Ley de la Selva (en estudio en el Congreso) desnuda su estrecha relación.
Los bosques quedarán sin protección y a disposición de cualquier empresa extranjera.
Sin embargo, para el ministro del Ambiente, Antonio Brack, la denominada “Ley de la Selva”, es una “quimera”, pues como tal no existe. “Y no existe, señor Brack, porque en su lugar se aprobó el decreto legislativo 1090”, respondió el dirigente de la CNA.
Huáscar manifestó que en la actualidad existe en la Selva una tala indiscriminada de árboles, a vista y paciencia de las autoridades, que se realiza con fines de exportación. “Se imaginan ustedes qué va a pasar ahora con la aprobación del DL 1090”, preguntó.
La Primera, 11/07/2008
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